Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edicin espaola
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos pases,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada slaba un abrazo
hecho de palabras.
Una edición española
Cuando visitamos a abuelo, lo ayudo a vender frutas,
pregonando los nombres de cada una
mientras caminamos: nuestros pasos repican como tambores,
nuestras manos, cual maracas, que suenan
agitan los brillantes colores de las frutas…
Vivo lejos de abuelo,
pero podemos cantar rimas
de ida y vuelta entre nuestros dos países,
nuestros versos en papel vuelan como aves cantoras,
cada sílaba un abrazo
hecho de palabras.
Get Un pregon de frutas (Song of Frutas) by at the best price and quality guranteed only at Werezi Africa largest book ecommerce store. The book was published by Atheneum Books for Young Readers and it has pages. Enjoy Shopping Best Offers & Deals on books Online from Werezi - Receive at your doorstep - Fast Delivery - Secure mode of Payment